martes, 1 de septiembre de 2009

Ajedrez Posicional Regional ( I )

En diciembre del 2002, el presidente Gustavo Noboa, aprobó el documento que con el nombre de “Política de la Defensa Nacional del Ecuador” contiene el desarrollo del pensamiento militar ecuatoriano actual y que es más conocido por el público como “el libro blanco”, en el que se encuentra la síntesis de los criterios que deberá tenerse en cuenta para su aplicación tanto en la doctrina como en la práctica. Después de haber enfrentado con éxito la última guerra con los peruanos (1995) que permitió firmar la paz en 1998, se ha replanteado las concepciones de seguridad y defensa nacional.

Después de la guerra fría mundial, que terminó con la desintegración de la Unión Soviética sin haber disparado un solo tiro, ni haber empleado ningún tipo de arma convencional ni nuclear y pasar de un mundo de dominio bipolar a unipolar: -“Los imperios son inherentemente inestables en lo político porque sus unidades subordinadas prefieren, casi siempre, una mayor autonomía y porque las contraélites de tales unidades intentan, en cuanto tienen oportunidad, obtener una mayor autonomía. En ese sentido, los imperios NO CAEN; más bien SE SEPARAN, por lo general muy lentamente, aunque algunos con una notable rapidez.”- Dejó a los Estados Unidos en una posición única: se convirtieron, simultáneamente, en la primera y única potencia realmente global. La base del “poder imperial” estadounidense se deriva, en gran medida de la organización democrático-político-económico que se iba adecuando con el desarrollo social y funcionando de acuerdo con los tiempos, y de la habilidad para movilizar con rapidez vastos recursos económicos y tecnológicos con propósitos militares. En los actuales momentos la inflación o crisis económica mundial, el gigantesco déficit presupuestario y su enorme deuda, los problemas internos como migración, aseguramiento médico, creciente consumo y demanda externa de droga y la división de criterios y políticas entre el aparato militar-corporativo con el político están minando los cimientos del imperio. En vista de este escenario, potencias regionales comienzan a disputarse las áreas o zonas de influencia.

TABLERO MUNDIAL

Eurasia es el mayor continente del planeta donde se encuentra el eje geopolítico mundial. El control sobre Eurasia supondría, casi automáticamente, la subordinación de África. Las Américas (central, sur e islas del caribe) y Oceanía han sido consideradas, geopolíticamente, zonas periféricas. Eurasia contiene el 75 por ciento de la población mundial y es responsable del 60 por ciento del PNB del mundo y de alrededor de las tres cuartas partes de los recursos energéticos y en donde están situados la mayor parte de los Estados del mundo, políticamente activos y dinámicos. Tanto el extremo occidental como el extremo oriental del tablero de este mega continente contienen regiones densamente pobladas, organizadas en varios Estados regionalmente poderosos sobre un espacio relativamente congestionado. Durante casi toda la historia de los asuntos internacionales, el control territorial constituyó el foco de los conflictos políticos. No resulta exagerado afirmar, que los imperativos territoriales (la geopolítica) han sido el principal impulso de los comportamientos agresivos de los Estados-naciones, actualmente, la disputa de la posesión territorial ha disminuido, para algunos Estados siguen siendo importantes en la configuración de su política exterior. Las élites nacionales gobernantes han ido reconociendo cada vez más que existen factores diferentes que son mas cruciales en la determinación del estatus internacional de un Estado o del grado de influencia internacional. En conclusión, los tres grandes imperativos geoestratégicos imperiales son: impedir choques entre sus vasallos, mantener su dependencia en términos de seguridad e impedir la unión de los bárbaros.

El colapso de la Unión Soviética produjo una confusión geopolítica de dimensiones monumentales. En el transcurso de apenas quince días (dos breves semanas de diciembre de 1991) el pueblo ruso descubrió, de pronto, que había dejado de ser una potencia mundial dueño de un imperio transcontinental y que sus fronteras habían retrocedido en el Cáucaso hasta su posición de principios del siglo XIX y en el Oeste a la de alrededor de 1600, por el tiempo del reinado de Iván el Terrible y la pérdida de Asia Central produjo un sentimiento de carencia con respecto a los enormes recursos energéticos y minerales de la región, así como cierta ansiedad sobre la potencial amenaza islámica. La independencia de Ucrania fue otro golpe muy fuerte para las pretensiones rusas. La docena de Estados en la que se separaron estaban y estan muy pocos preparados para asumir una soberanía plena por lo que son un foco de inestabilidad al crearse un vacío de poder en el propio centro de Eurasia. (CONTINUARA)

Escrito, Domingo 30 de Agosto del 2009

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